Por María Merino Martínez
La afectividad y sexualidad de las mujeres con autismo no puede abordarse sin tener una perspectiva poliédrica, en función de factores tan influyentes como sus necesidades de apoyo, su temperamento, su identidad de género, orientación sexual, contexto familiar, experiencias tempranas, experiencias adversas en la infancia o a lo largo de desarrollo, su autoconcepto y estilos de apego.
Si atendemos al temperamento entendido como la predisposición innata que cada persona tiene a reaccionar a su entorno, veremos que el autismo no va vinculado a un temperamento único, como no lo hay en personas no autistas.Según Cloninger existen temperamentos en una búsqueda continua de sensaciones, mientras que otros buscan evitarlas o son más menos dependientes de agradar u obtener recompensas del ambiente y más o menos perseverantes en la consecución de sus metas (Cloninger, 1994). Desde un punto de vista de los afectos un equilibrio entre estas inclinaciones sería lo más saludable en el ámbito relacional, mientras que aspectos como una búsqueda continuada de intensidad pueden exponer a situaciones de riesgo, la evitación intensa a la dificultad para aprender de las experiencias, el deseo de recompensa impulsa en mayor medida relaciones en desequilibrio y la perseverancia dificultades para elaborar la pérdida y el duelo. La sensibilidad sensorial y emocional de las mujeres autistas está vinculada en sus narrativas a una dificultad intrínseca para ajustarse al punto medio, y el estudio de estas sensibilidades se ha abordado desde la psicobiología, las teorías de integración sensorial y de la personalidad.
Factores como la empatía cognitiva, que implica comprender las emociones desde el análisis intelectual, frente a la empatía emocional que permite sentir y reaccionar a las propias emociones y las del otro de una manera ajustada sin necesidad de pensarlas, la hiperempatía o simpatía emocional en el que sentimos y reaccionamos a las emociones o vivencias emocionales de otros con dolor como si se tratase de una vivencia propia, o la alexitimia o dificultad para identificar, reconocer o expresar las emociones y sentimientos y para poder nombrarlas. Son aspectos nucleares para el desarrollo de vínculos afectivos con los otros que están alterados en el autismo, relacionados de manera directa con la hipersensibilidad sensorial y los trastornos afectivos (Liss, Mailloux y Erchull, 2008) y que afecta de una manera especialmente significativa a las mujeres autistas, ya que se espera en función de los roles de género asociados a las mujeres que expresen sus emociones, pero se penaliza socialmente de forma histórica el exceso de sensibilidad y la desregulación emocional, cabe recordar que etimológicamente el término Histeria proviene de la palabra griega Hysteron que significa Útero.
Si atendemos a la identidad y orientación de género, hay un creciente consenso de una mayor diversidad en el autismo, y dentro del autismo una mayor variabilidad en las mujeres. Entendemos la identidad de genero como la vivencia subjetiva del individuo de su propio sexo independientemente del sexo asignado al nacer. La varianza de género en infancia autista se sitúa en el 5,4 al 7,2% de y el 11,3% de los adultos autistas, en comparación con el 0,7 y el 5% en adultos no autistas. (Pecora y cols, 2020) La orientación sexual se define como un constructo multidimensional que incluye en gran medida tres dominios que se comportan como un continuo: identidad sexual, atracción sexual y contacto sexual.
El contexto familiar está vinculado directamente con el desarrollo de los estilos de apego, y con la predisposición a repetir patrones relacionales en la edad adulta. El autismo es causado por distintos factores como son los genéticos, epigenéticos y ambientales, pero el papel de la genética es indudable. Existe un importante desfase entre las vivencias de adultos en el espectro y las generaciones actuales marcado fundamentalmente por la ausencia o el retraso en el diagnóstico. El desconocimiento de uno u ambos progenitores de su identidad autista puede ser un factor de gran impacto en el desarrollo de la sistémica familiar, ya que ese desconocimiento puede no llevar a esfuerzos activos por influir en el modo de relacionarse entre padres e hijas y mentalizar o incluso a no identificar códigos sociales respecto a los niveles de intimidad en el seno de la propia familia. En las mujeres sigue existiendo una demora diagnóstica que también influye en el propio desconocimiento del origen de características intrínsecas al autismo que son erróneamente atribuidas desde la infancia a la pereza, la intencionalidad, o el descuido sin contar con los apoyos o la validación emocional adecuada. El deseo exagerado de agradar es un modo de relación seleccionado por las niñas y mujeres autistas en muchas ocasiones como parte de sus estrategias de enmascaramiento y asimilación de conductas esperadas por el entorno, que las exponen de manera especialmente sensible a la dilución de su identidad, y con ella a la pérdida de su autoconcepto y su autoestima, y de manera indirecta pero no menos peligrosa a aceptar relaciones en las que agradan y son ensombrecidas y al abuso sexual en la infancia marcadas por un estilo de apego fundamentalmente ansioso o desorganizado. Esta especial exposición a situaciones abusivas en entornos considerados en principio de confianza o amistosos se conoce como “mate crime”. (Fosrter y Pearson, 2020., García Molina, 2022)
Las mujeres autistas junto con mujeres con otras discapacidades son los colectivos más vulnerables de experimentar relaciones abusivas y abuso o violencia sexual. Algunos factores que influyen son la capacidad intelectual, siendo aquellas mujeres con mayores necesidades de apoyo las más vulnerables, especialmente por la dificultad para identificar y para eue ellas comunique en el abuso, y en las mujeres verbales esa vulnerabilidad se explica por aspectos como las dificultades mentalistas para la interpretación de los otros, una pérdida de oportunidades para aprender de una manera saludable sobre afectividad y sexualidad debido a las experiencias previas de exclusión, rechazo o manipulación en contextos tan importantes como el familiar o el escolar, dificultad para acceder a conocimiento sobre sexualidad y sensación de pérdida de oportunidades en las relaciones que contribuye a generar pensamientos como que deben agradar a todo el mundo, las relaciones sexuales les facilitan contar con una relación estable sea de la naturaleza que sea, o a sostener relaciones por dificultades comunicativas, emocionales y pragmaticas para identificar a tiempo la naturaleza de una relación y su rol dentro de la misma, así como aspectos clave en las relaciones afectivas como el consentimiento, el respeto a las propias barreras y el rechazo a cualquier situación de coacción o desequilibrio. La variabilidad en la orientación sexual es un agravante, ya que los estudios indican que hay mayor violencia en las parejas de mujeres autistas, lesbianas, bisexuales y transexuales. Para explicar está mayor vulnerabilidad hay que valorar el efecto sumativo de la exclusión e incomprensión social de la diversidad sexual y los mayores problemas de salud mental que habitualmente acompañan estas condiciones, sin descartar factores biológicos de base como las alteraciones hormonales u otras co-ocurrencias.
REFERENCIAS
Cloninger, C. R. (1994). Temperament and personality. Current opinion in neurobiology, 4(2), 266-273. Link al documento:
https://www.researchgate.net/profile/Robert-Cloninger/publication/15159835_Temperament_and_Pers onality/links/5a17dd4d4585155c26a79ec1/Temperament-and-Personality.pdf
Liss, M., Mailloux, J., & Erchull, M. J. (2008). The relationships between sensory processing sensitivity, alexithymia, autism, depression, and anxiety. Personality and individual differences, 45(3), 255-259.https://doi.org/10.1016/j.paid.2008.04.009
Pecora, L. A., Hancock, G. I., Hooley, M., Demmer, D. H., Attwood, T., Mesibov, G. B., & Stokes, M. A. (2020). Gender identity, sexual orientation and adverse sexual experiences in autistic females. Molecular autism, 11(1), 1-16.
Link al documento: https://molecularautism.biomedcentral.com/articles/10.1186/s13229-020-00363-0
Forster, S., & Pearson, A. (2020). “Bullies tend to be obvious”: autistic adults’ perceptions of friendship and the concept of ‘mate crime’. Disability & Society, 35(7), 1103-1123.
Link al documento: https://sure.sunderland.ac.uk/id/eprint/11253/1/Mate%20Crime%20Author%20Accepted.pdf
García, I (2023) “Capítulo Amistades peligrosas: del acoso al mate crime” en Merino M. Mujeres y autismo la identidad camuflada. Libro. Págs, 249-262. Editorial Fundación Garraghan